Thomas Alva Edison intentó encender una bombilla 10.000 veces. A pesar de que fracasó 9.999 veces, finalmente logró encender una. Cuando le preguntaron cómo pudo soportar tantos fracasos, respondió: “No fracasé, solo aprendí 9.999 formas de cómo no encender una bombilla y una forma de cómo sí hacerlo”.
Esta actitud refleja que en la vida no hay fracasos, solo oportunidades de aprendizaje. Para muchas personas exitosas, fracasar es no intentarlo en absoluto.
No intentarlo por miedo al fracaso es equivalente a renunciar a la vida por miedo a la muerte.

¿Por qué fracasamos?
Estamos viviendo en un momento en el que parece que nos preocupa más lo que piensan los demás sobre nosotros que lo que realmente sentimos en nuestro interior. A menudo, nos enfocamos en aparentar y demostrar nuestra grandeza y poderío, en lugar de ser humildes y auténticos. Hay personas que mantienen negocios abiertos por miedo a ser juzgados como fracasados si lo cierran. Y es probable que efectivamente los juzguen de esa manera, utilizando mayúsculas para resaltar su supuesto fracaso.
Pero, ¿qué sucede con esas personas que te critican cuando tú estás en la pobreza, sin poder darle de comer a tu pareja o tus hijos, sin tener ni un centavo para pagar las facturas? ¿Te van a ayudar o darte dinero? La respuesta es probablemente no. Entonces, ¿por qué preocuparse tanto por lo que digan? Al fin y al cabo, lo que importa es nuestra felicidad y bienestar personal, no la opinión de los demás.
A veces establecemos objetivos poco realistas en la vida, esperando hacernos millonarios sin hacer nada y simplemente esperando ganar la lotería. Negamos nuestros errores y tendemos a culpar a los demás por nuestras fallas. Somos perezosos y carecemos de perseverancia, llenos de miedos y a menudo nos sentimos avergonzados de nosotros mismos.

El miedo al fracaso puede ser una fuerza paralizante que nos impide vivir la vida que deseamos, generando sentimientos de inseguridad y rechazo, y limitando nuestro potencial de aprendizaje. Además, nos impone miedo, lo cual puede llegar a ser muy perjudicial. Es importante tener en cuenta que el miedo al fracaso es una creación nuestra, por lo que también depende de nosotros encontrar la solución.
Es fundamental que aprendamos a controlar nuestros temores, y que nos demos cuenta de que el fracaso no es el fin del mundo, sino que puede ser una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento personal. Debemos tomar decisiones que nos permitan avanzar y superar nuestros miedos, lo que nos llevará a disfrutar de una vida más plena y satisfactoria. Debemos atrevernos a salir de nuestra zona de confort y aceptar que el fracaso es parte del proceso de aprendizaje en la vida. En resumen, no dejemos que el miedo al fracaso nos detenga, sino que en cambio, usemos esta emoción como motivación para seguir adelante.
Nos dejamos aconsejar incorrectamente
Es común que los amigos nos brinden consejos, con la intención de ayudarnos a tomar decisiones importantes en nuestra vida. Aunque es cierto que normalmente lo hacen con buena intención, en ocasiones lo hacen desde el desconocimiento, lo que puede resultar perjudicial. Con frecuencia, escuchamos a amigos aconsejar a otros sobre qué hacer o no hacer, basándose en las experiencias negativas de otras personas, sin haber vivido esas situaciones por sí mismos.
Este tipo de comentarios puede afectarnos negativamente, ya que puede generar desconfianza en nosotros mismos y en las decisiones que tomamos. Por eso es importante recordar que, aunque valoramos la opinión de nuestros amigos, siempre debemos tener en cuenta nuestras propias experiencias y tomar decisiones de manera consciente y responsable.
En algunos casos, puede que nos arrepintamos de no haber hecho algo por haber escuchado los consejos de otros, cuando en realidad hubiera sido una buena decisión para nosotros. En estos casos, debemos recordar que la decisión final siempre debe ser nuestra, y que no debemos dejar que el miedo o la influencia de otros nos impidan hacer lo que creemos que es mejor para nosotros.
Un buen ejemplo de esto es cuando enfrentamos una enfermedad grave. En este caso, siempre es mejor seguir el consejo de un profesional médico, en lugar de escuchar a amigos que no tienen experiencia en el campo médico. En resumen, debemos aprender a tomar decisiones conscientes, basándonos en nuestras propias experiencias y en la opinión de expertos en cada campo, sin dejar que los consejos de amigos nos influyan de manera negativa.

En que te podemos ayudar
Si estás considerando la idea de abrir tu propio negocio o convertirte en autónomo, es posible que experimentes lo que llamamos “miedo del emprendedor”. En Mentes Triunfadoras, estamos aquí para ayudarte a superar estos miedos, que incluyen el temor al fracaso, el miedo a decepcionar a quienes confiaron en ti, el miedo a delegar, el miedo a arriesgar tu patrimonio personal, el miedo a lo desconocido, el miedo a no poder hacer frente a los pagos, el miedo a salir de tu zona de confort, el miedo a quedarte sin trabajo, el miedo a hablar en público, el miedo a no ser visto como líder en la empresa, el miedo a lidiar con socios, el miedo a crecer demasiado rápido sin estar preparado, el miedo a equivocarte en el modelo de negocio elegido y el miedo a no saber vender o explicar tu producto.
En Mentes Triunfadoras, también estamos aquí para ayudarte a enfrentar otros tipos de miedos, como el miedo a la soledad, el miedo a enamorarte o el miedo a perder a tu pareja.
Creemos firmemente que para que una persona pueda cambiar y alcanzar el éxito, es necesario contar con la guía y el apoyo de expertos. Cuando nuestros clientes se ponen en contacto con nosotros, es porque desean o necesitan un cambio, y ese es el primer paso para lograr el éxito.